martes, 24 de enero de 2017

Botanica Siatematica



Coniferophyta





Las coníferas se caracterizan por ser árboles de gran porte con copas muy abundantes y cuya forma representa un cono. 

Primero, las coníferas son perennifolias, es decir que no pierden sus hojas, lo que les permite realizan la fotosíntesis a lo largo de todo el año, las hojas de las coníferas están adaptadas a evitar perder agua, están recubiertas por una gruesa cutícula y en muchas especies tiene forma de aguja delgada. Otra adaptación es la de producir sustancias anticongelantes resinosas, esto permite mantener la circulación interna aunque la temperatura sea de varios grados bajo cero. También poseen muy desarrollado su sistema radicular, la raíz principal puede crecer en profundidad tanto como el tallo hacia arriba.
Las coníferas pueden alcanzar un gran desarrollo, tal es el caso de las secuoyas de California, árboles de más de 100 metros de altura, con troncos del grosor de un camino (ocho metros de diámetro) y llegan a vivir cerca de 3000 años.
Coníferas hace alusión a la presencia de conos, estructuras especializadas que protegen los óvulos y semillas y también favorecen la polinización y dispersión.
Las coníferas pertenecen a la clase Pinopsida, dentro de la cual podemos encontrar cuatro familias importantes: tanto las plantas de la familia de las Cordaitales, de las Voltziales y las de la familia de Vojnovskyales son plantas ya extintas en la actualidad. La única familia que permanece todavía hoy es la de las plantas Pinales. Dentro de ella podemos encontrar a plantas como los pinos (Pinaceae), los cipreses (Cupressaceae), los tejos (Taxaceae), las araucarias.
Habitad
Abundan más bien en latitudes frías del hemisferio norte y a grandes alturas, donde las condiciones climáticas son extremas. Para poder sobrevivir en estos climas, las coníferas están bien adaptadas.
Especie
Este grupo está constituido por 7 familias, 60-65 géneros, 600 especies y data de fines del Carbonífero. Sus hojas tienen muchas características de resistencia a la sequía y quizás se hayan originado en el Pérmico, cuando la aridez creciente de todo el mundo debió actuar como un poderoso estímulo evolutivo.
Reproducción
Las coníferas presentan conos masculinos que tienen polen y conos femeninos que contienen óvulos. El polen de los conos masculinos es transferido a los conos femeninos por el movimiento del viento y por los insectos. Una vez que el polen entra a los conos femeninos, comienzan a formarse las semillas. Las semillas continúan madurando, y cuando están maduras los conos se abren y las semillas comienzan a dispersarse. Algunas caen en el suelo y brotan, mientras que otras son comidas y depositadas en otras áreas. Algunas quedan atrapadas en el cono y caen cuando éstos caen, o cuando la fauna los mueve.
Una vez que la semilla es depositada, tiene la chance de brotar y convertirse en un nuevo árbol.
 

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